Chico, que vive tranquilamente en su plaza de garaje, encuentra chica. Chico, que no es un prodigio de inteligencia, la caga estrepitosamente con chica. Chico, cuyos amigos son casi tan disfuncionales como él, conoce a un científico loco que ha inventado una máquina del tiempo. Chico, como no podía ser menos, se embarca en una disparatada odisea espacio temporal transuniversal para recuperar a chica.
Quién no ha pasado por algo así, al fin y al cabo.
Manuel Miyares construye en Garaje 451 un mecanismo delirantemente divertido que llevará al lector hasta el infinito y más allá, guiado por el que es, tal vez, el protagonista más descerebrado de la historia de la ciencia ficción.