Se desató el pánico: la gente no entendía que... la Reducción no significaba una pérdida, sino lo contrario: presagiaba el nacimiento del Vivo Eterno. En aquel entonces, los muertos no sabían que no tardarían en... ser una parte de Él...
El mundo tal y como lo conocemos ha llegado a su fin. Después de La Gran Reducción, la población de la Tierra se mantiene fija en tres billones de habitantes. Nadie muere: al final de sus vidas las personas renacen en algún otro lugar del globo; un código de encarnación mantiene la información sobre sus vidas previas. Ya no hay individuos, cada ser humano no es más que un elemento en una conciencia mayor, El Vivo. Este cerebro central lo decide todo: donde vivirán las personas, cómo será su trabajo, cuánto tiempo se les permitirá sobrevivir en su encarnación actual…
Hasta que nace un ser humano sin código, y todo el sistema planetario se ve amenazado.
Esta novela, entre las finalistas de los prestigiosos premios rusos Natsionalny Bestseller y Strannik, demuestra una vez más el talento y las cualidades literarias de Anna Starobinets, autora de Una edad difícil (duisponible en Nevsky Prospects), y una de las principales figuras de la nueva generación literaria rusa.