Grupo AJEC. Col. Penumbra # 3. Granada, 2012. 237 páginas.
Una
fotógrafa devoradora de novela negra se encuentra con su Marlowe
particular, que resulta ser localizador de cine y aficionado al cuento
clásico de vampiros. Ambos son norteamericanos, ambos están de viaje en
Sintra tras los pasos de Lord Byron. El romance no se hace esperar, como
tampoco las dificultades, que parecen surgir a partir de las obsesiones
de los protagonistas: una sombra que recibe el intrigante nombre de
Harry Lime vigila a la pareja, mientras que la atmósfera propia del
terror sobrenatural se va insinuando sobre ellos. Desde Sintra volarán
juntos a Roma, y allí el viaje mutará en huida, perseguidos por amenazas
cada vez más tangibles, en una partida que ellos mismos dispusieron
sobre un tablero que creían sólo figurado.
¿Cuánto
hay de imaginado, cuánto de cierto en nuestras obsesiones? ¿Puede la
encrucijada de influencias cinematográficas y literarias que nos
configura suplantar la realidad misma? Bajo la tutela de Borges o Rilke
acaso el juego, la simulación, el intercambio de identidades pueda
traspasar las fronteras de lo real. La última sombra es la segunda
novela de Agustín Lozano de la Cruz, y se mueve entre la narrativa noir,
el espionaje y el terror gótico. O tal vez no se trate de nada de ello,
sino de una fabulación decantada a partir de los confusos límites entre
realidad y fantasía.