Los quince relatos contenidos en A diez mil años luz supusieron en su momento la mejor antología de debut de un escritor de ciencia ficción. Historias ya publicadas en español como Y me desperté aquí…, Madre en el cielo con diamantes o El hombre que volvió, junto con otros relatos traducidos por primera vez para esta antología como “Te estaré esperando cuando la piscina esté vacía”, “Os somos fieles, Terra, a nuestra manera”, o “Las nieves se han fundido” son ya auténticos clásicos de la ciencia ficción y demuestran todo el potencial que Tiptree llegaría a alcanzar en obras posteriores.
Son quince relatos que están llenos de atrevimiento, intriga, romanticismo, el conocimiento último de que la muerte está al final, pero también y sobre todo esperanza.
Con el seudónimo de James Tiptree Jr., la escritora Alice B. Sheldon se convirtió durante 20 años en uno de los escritores más reconocidos de ciencia ficción de los Estados Unidos (desde 1967 en que empezó a publicar, hasta su muerte en 1987).
A Diez Mil Años Luz fue su primer libro publicado, en 1973 y reunía los mejores relatos que había editado hasta entonces, y ha permanecido inédito en español hasta ahora.
Con una introducción a cargo de Harry Harrison.
El autor:
En 1967, James Tiptree Jr. irrumpió en el panorama de la ciencia ficción estadounidense. Con sus relatos y novelas impresionó al mundo literario con sus temáticas y frescura de ideas, inusuales hasta aquel entonces.
Bajo este pseudónimo se escondía la escritora Alice B. Sheldon. Nacida en 1916 en el seno de una familia de espectro intelectual. Desempeñó un gran número de trabajos, entre ellos artista gráfica, crítica de literatura, y –con la Segunda Guerra Mundial- trabajó en el grupo de fotointeligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Tras finalizar la guerra entró a trabajar para la CIA, aunque en 1955 abandonó para retomar sus estudios universitarios. Completó la carrera de Arte y posteriormente se especializó en Psicología Experimental.
A partir de 1967 comenzaría su carrera como escritora de ciencia ficción, si bien su primera historia apareció publicada en el New Yorker en 1946. Empezó a usar el pseudónimo Tiptree –tomado del nombre de un tarro de mermelada-, que usó hasta bien entrados los años 70.
Aunque se sospechaba que Tiptree era un pseudónimo, sus colegas nunca sospecharon que podía tratarse de una mujer, aunque el descubrimiento de su verdadera identidad nunca mermó su fama o elogios.
Tras la muerte de su marido en 1987, Sheldon decidió suicidarse al mismo tiempo, aunque no era su primer intento de tomar esa decisión. Aparecieron ambos muertos en su casa de Virginia. Tenía 71 años.
En su extensa obra —compuesta fundamentalmente por relatos cortos— Sheldon fue una escritora ecléctica, cultivando gran variedad de géneros y estilos, tomando tanto elementos de la ciencia ficción más científica, como de la social, y añadiendo elementos experimentadores que estaban en alza en esos momentos con la llamada “Nueva Ola”. Si bien muchas de sus historias tenían claras reminiscencias del space opera o las historias pulp de los años 30 y 40, pero con un tono mucho más oscuro y a veces desesperado, lo que más las caracterizaban eran el deseo sexual (sublimado muchas veces entre humanos y alienígenas), el libre albedrío y el determinismo biológico.