Sarah Prineas
Montena. Serie infinita. Barcelona, 2008. Título original: Magic Thief: Stolen. Ilustraciones: Antonio Javier Caparo. Traducción: Matuca Fernández de Villavicencio.303 páginas.
"Un ladrón tiene mucho de mago. Yo soy rápido con las manos. Y puedo hacer desaparecer cosas. Pero un día se me ocurrió robarle al mago su locus magicalicus y el que estuvo a punto de desaparecer para siempre fui yo".
El título de este libro ya nos invita a pensar que algo no funciona, porque ¿necesita un mago ser un ladrón? Está claro que no, pero es que este no es un ladrón cualquiera, es un ladrón que no sabe que es mago y, por tanto, desconoce su poder. A él le gusta su trabajo: hurtos rápidos, fáciles y de compensación inmediata. Todo va bien hasta que se equivoca de objetivo e intenta pisparle el amuleto a un viejo que resulta ser un poderoso hechicero. A partir de ese momento, la novela se convierte en un divertido duelo entre el diario del mago, que comprueba paso a paso las extraordinarias aptitudes de su recién estrenado sirviente, y el monólogo de nuestro nuevo mago, al que su nuevo status le viene grande y añora sus días de libertad. Todo se complica cuando nuestro protagonista descubre una conspiración de dimensiones mayúsculas que quiere acabar con la magia de la ciudad.