Fantascy. Barcelona, 2016. Título original: Half a War. Traducción: Manu Viciano. 446 páginas.
«Solo pueden conquistarse los miedos afrontándolos. Si los rehuyes, te conquistan ellos a ti.»
La princesa Skara ha sido testigo de cómo todo lo que amaba se convertía en sangre y cenizas. Al ser la única superviviente de su derrotada dinastía, deberá vencer la aflicción y el terror, afilar la mente y luchar por Throvenlandia como reina. El padre Yarvi ha recorrido un largo camino y ha pasado de esclavo tullido a poderoso clérigo. Ha conseguido que sus antiguos enemigos se vuelvan sus aliados y ha logrado la paz, aunque inestable. Pero ahora la abuela Wexen ha levantado el mayor ejército que se ha visto desde que los elfos se enfrentaron a Dios.
Todos se preparan para la batalla que se está gestando; entre ellos Raith, el portador de la espada de Grom-gil-Gorm. Para él, la presencia de Skara es como un bálsamo para sus heridas. Y Skara, a su vez, detecta sorprendida que la sonrisa de Raith es como una llama capaz de caldear la noche más gélida.
Algunos han nacido para luchar, quizá para morir. Otros prefieren vivir en la luz. Pero cuando la Madre Guerra extiende sus alas, amenaza con sumir todo el mar Quebrado en la oscuridad más profunda.
«Solo pueden conquistarse los miedos afrontándolos. Si los rehuyes, te conquistan ellos a ti.»
La princesa Skara ha sido testigo de cómo todo lo que amaba se convertía en sangre y cenizas. Al ser la única superviviente de su derrotada dinastía, deberá vencer la aflicción y el terror, afilar la mente y luchar por Throvenlandia como reina. El padre Yarvi ha recorrido un largo camino y ha pasado de esclavo tullido a poderoso clérigo. Ha conseguido que sus antiguos enemigos se vuelvan sus aliados y ha logrado la paz, aunque inestable. Pero ahora la abuela Wexen ha levantado el mayor ejército que se ha visto desde que los elfos se enfrentaron a Dios.
Todos se preparan para la batalla que se está gestando; entre ellos Raith, el portador de la espada de Grom-gil-Gorm. Para él, la presencia de Skara es como un bálsamo para sus heridas. Y Skara, a su vez, detecta sorprendida que la sonrisa de Raith es como una llama capaz de caldear la noche más gélida.
Algunos han nacido para luchar, quizá para morir. Otros prefieren vivir en la luz. Pero cuando la Madre Guerra extiende sus alas, amenaza con sumir todo el mar Quebrado en la oscuridad más profunda.