Un rutinario análisis de sangre trastocó por completo la vida de Toby. Apartado de su familia, vive ahora en la Casa de la Muerte con otros jóvenes bajo la atenta mirada de la supervisora y su equipo de enfermeras. Esperan la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad. Cualquier signo de que algo ha cambiado en ellos. Entonces es el momento de llevarlos al sanatorio. Nadie vuelve del sanatorio. Toby pasa los días absorto en sus recuerdos y preguntándose cuánto tiempo le queda. Hasta que llega alguien que rompe esa frágil calma y hace que todo cambie.
“En este libro hay momentos sombríos, es cierto. Hay momentos escalofriantes. Pero espero que a lo largo de él también haya rayos de luz. Porque me encariñé con los adolescentes que viven en sus páginas. Creo que sus personalidades resplandecen a través de la tristeza. Es una historia sobre amistades y peleas, y sobre los lazos que se crean entre las personas, lo queramos o no. Es una historia sobre la vida y la muerte, y sobre los sacrificios que hacemos unos por otros, pero también sobre seguir viviendo. Sobre la fuerza del amor. Sobre aprovechar el momento y no rendirse nunca. Porque todos morimos… Lo importante es cómo elegimos vivir”. Sarah Pinborough.