Las legiones malditas. La Trilogía de Roma, libro II. Santiago Posteguillo

Ediciones B. Col. B de Bolsillo. Barcelona, 2014. 860 páginas.

Publio Cornelio Escipión, que pasaría a la historia con el sobrenombre de Africanus, solo tenía veintiséis años cuando aceptó comandar las tropas romanas en Hispania. Heredero de las cualidades militares de su padre y su tío, el joven Escipión también había heredado algunos de sus feroces enemigos, como Asdrúbal, el hermano de Aníbal, o el general púnico Giscó. Sus opositores lo acechaban asimismo en el Senado romano, donde el todopoderoso Quinto Fabio Máximo, acérrimo enemigo de los Escipiones, logró forzarlo, una vez concluida la campaña en Hispania, a aceptar la tarea de liderar las legiones V y VI. Eran éstas unas legiones malditas, constituidas por los soldados supervivientes de Cannae, la más humillante derrota de Roma ante Aníbal, exiliadas en Sicilia. las legiones habían perdido el sentido del deber, la disciplina y toda esperanza de regresar a la patria. Lo que no podía prever Quinto Fabio Máximo era que el joven militar y sus legiones malditas estaban llamados a cambiar el curso de la historia.