Las astillas de Yavé. Rodolfo Martínez

Fantascy. Barcelona, 2014. 460 páginas.

Viola Mercante, “Uve”, antigua policía y ahora detective privada; seductora, bisexual y deslenguada. El padre Tomás Ardente, jesuita joven y atractivo que trabaja en la parroquia de San Andrés, un barrio pobre, reducto de inmigración latinoamericana y de violencia. La vida de ambos se cruzará cuando el padre Ardente le encargue a Uve investigar la Iglesia del Dios Primigenio, una secta de origen estadounidense, y en apariencia inofensiva, que ha levantado sus sospechas por dos motivos: no hay apenas referencias sobre ella en ninguna parte y, desde su llegada al barrio, la criminalidad ha descendido de manera sorprendente.

Uve moviliza a su ex novio y mejor amigo, un friqui entrado en la cuarentena y genio de la informática, quien le confirma que apenas hay datos de esta iglesia. Sus otras fuentes, el policía Morales y Alberto el Retrepao (un personaje casi marginal y su contacto en la calle) le corroboran lo que cada vez resulta más evidente: están sucediendo cosas muy extrañas… La ciudad está inmersa en la apatía y la sumisión, y todo parece estar relacionado con unas muñecas protectoras que venden los andinos en los puestos ambulantes.

Y así, poco a poco, sin apenas darse cuenta, Uve va cayendo en lo que parece una trampa urdida desde los más altos estamentos eclesiásticos que pondrá en peligro, no sólo sus vidas, sino todo lo que nos habían contado.